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Juan Gabriel

Juan Gabriel

La Era del Divo de Juárez

Por: Alberto Orozco

Este año, musicalmente hablando, será el año en que murió Juan Gabriel, cuyo verdadero nombre era Alberto Aguilera Valadez, pero para nosotros el también llamado Divo de Juárez será siempre Juan Gabriel, el autor y cantante mexicano más popular a nivel mundial. No hay en el mundo otro autor mexicano cuyas canciones le superen en número o en popularidad, y sus temas son también los que más cantantes han interpretado, y de no pocas canciones hay un sin número de versiones diferentes, incluso en diferentes idiomas.

Juan Gabriel tuvo una infancia muy difícil, una infancia que sin duda lo marcó, le hizo valorar la vida, las amistades verdaderas, la familia. Una infancia que le hizo conocer la soledad, el dolor, las carencias. Pero eso también fue el motor que lo impulsó a desear ser grande, muy grande. Ya en su adolescencia, seguramente se dio cuenta de su orientación sexual diferente, y siendo un joven en el México machista de los 60s y 70s debió ser muy difícil abrirse con su familia o amistades sobre su orientación sexual, máxime cuando su gran ilusión era ser popular, ser un cantante famoso. Aun sin abrirse en ese sentido, estoy seguro debió haber sufrido de acoso de manera constante.

Llegó la fama, el mundo cambió un poco en su apertura hacia lo diferente, pero después de haber vivido toda una vida “en el closet”, después de haberse ganado el cariño y el respeto de millones de seguidores, lo único que importaba es que era un gran compositor y cantante mexicano, el mejor. Lo demás, como él mismo dijo en alguna ocasión LO QUE SE VE NO SE PREGUNTA. Mucha gente dice que debió declarar abiertamente que era gay, que eso le ayudaría a la comunidad GLBT, en su caso creo que no había esa necesidad, ya que todo mundo lo supo de siempre. Además, por lo que debe destacar una persona es por la huella que deje en este mundo, si eres una buena persona, independientemente de la orientación sexual. Todos deberíamos ser valorados por nuestras acciones, y aunque sé que falta mucho para que el mundo funcione de esa manera, sé que algún día lo lograremos, y así como no hay necesidad para que un heterosexual ande diciendo cuál es su orientación sexual, tampoco debe ser necesario para un homosexual.

Tuve la suerte de poder ver tres veces en concierto a Juan Gabriel, la última vez hace dos años, cuando se presentó en el entonces Nokia Theater de Los Ángeles, luego que se recuperó de haber estado hospitalizado en Las Vegas. En ese entonces volvió mejor que nunca, fue un show increible. Son tantas las canciones que me gustan de él, que sería injusto mencionar solo unas pocas, pero lo que sí puedo decir sin temor a equivocarme es de todos los duetos que hizo, que fueron MUCHÍSIMOS, cual fue mi favorito, son los temas que cantó con ROCÍO DÚRCAL. Me enganché por primera vez con esos duetos conel disco de Rocío Dúrcal “Canta a Juan Gabriel Volumen 6” que sacó en 1984, con temas como “Déjame Vivir”, “Perdóname, Olvídalo”, y “Te Quiero Mucho Mucho”. Y porsupuesto, el disco JUNTOS OTRA VEZ que sacaron en 1996, con temas como “El Destino”, “Santo Niñito”, “Te Sigo Amando”, y tantos más. Y qué decir de esos discos de duetos, LOS DUO y LOS DUO 2 al lado de los mejores cantantes del momento, simplemente fantásticos, y no podía terminar de otra manera su carrera y su vida que ofreciendo un disco con una musicalización de lo mejor, su disco VESTIDO DE ETIQUETA (por Eduardo Magallanes). Hoy lo escuché por primera vez, a casi un mes de su muerteestoy escuchando un disco para el cual no hay calificativos que le hagan justicia.

No quiero hablar mucho del circo que armó su familia luego de su muerte, pero creo que es innevitable ya que me parece injusto para sus millones de seguidores. Nadie sabía nada de dónde estaban los restos de Juan Gabriel o cuáles eran los planes para su funeral. Había algunos allegados a él que afirmaban que el cantante había manifestado querer que lo sepultaran junto a su madre en Parácuaro, Michoacán. Ahora tenemos la versión de la familia, quien dice que era voluntad de Juan Gabriel que se le incinerara y no se exhibiera su cuerpo, bueno, y ¿qué tiene que ver eso con el circo que armaron haciéndole creer a todo mundo que llevaban un ataúd con su cuerpo al aeropuerto de Los Ángeles para ser trasladado a México? Cuando en realidad el cuerpo estaba siendo incinerado en otro lugar. Sí, entendemos que querían pasar tiempo a solas con él, entendemos que les dolió, etc. pero, ¿tenían asimilado lo que Juan Gabriel representaba para el pueblo de México y para tantas otras personas que lo querían? Juan Gabriel era una figura pública, era un ídolo, se debía a su público, y ese público tenía derecho a al menos saber lo que estaba pasando, ya que se le iba a privar de darle el último adiós a su cuerpo, pues al menos saber qué pasaba.

El tiempo cura todo, el tiempo seguirá su marcha, pero estoy seguro que a través de los años seguiremos escuchando canciones de Juan Gabriel, porque afortunadamente nos ha dejado un inmenso legado.

¡¡QUE VIVA EL DIVO DE JUÁREZ!!