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La calidad de nuestra vida

¿Depende de la calidad de nuestras relaciones? Una reflexión en el mes de San Valentín.

En Febrero, festejamos el Día de los Enamorados y es una muy buena oportunidad para mirarnos al espejo y preguntarnos sobre nuestras capacidades para relacionarnos con las demás personas. No solo con nuestras parejas, pero también con la gente que es importantes para nosotros. Nuestra capacidad de relacionarnos está íntimamente ligada a cómo nos comunicamos. ¿Cómo son tus capacidades para comunicarte? ¿Para expresar lo que sientes, lo que te gusta y lo que no te gusta? ¿Para decir no y para dejarle saber a los otros que no estás de acuerdo de una manera que no lastime a la relación?

GoldvargPodemos decir que la comunicación es la fundación de nuestras relaciones. Pero tener relaciones que funcionan no requiere solamente comunicarse bien, también implica ponerse en los zapatos del otro (empatía), involucrarlo en la toma de decisiones, compartir expectativas y preocupaciones, tener metas en común y estar disponible para tener conversaciones difíciles en los buenos y malos tiempos. Las relaciones son como las plantas que necesitan ser cuidadas, regadas, apreciadas, etc. Cuando nos olvidamos de regarlas, ¿Qué pasa? Para que las relaciones funcionen debemos cuidarlas, alimentarlas y protegerlas como a las plantas. Implica dejar de ser el foco del universo para darnos cuenta que la felicidad consiste en compartir nuestra vida con otros. La felicidad existe en el disfrutar de nuestros éxitos con los seres queridos. No somos islas.

La calidad de nuestra vida está definida por la calidad de relaciones que desarrollamos. Todos tenemos áreas en las que somos más fuertes para relacionarnos y otras en las que necesitamos seguir trabajando. Por ejemplo, podemos ser efectivos para hablar con desconocidos e iniciar relaciones, para dejarle saber a alguien lo que nos molesta, o para desarrollar relaciones de trabajo cordiales. Pero quizás no somos tan efectivos con la gente que más queremos, en nuestros propios hogares. A veces no estamos en contacto con nuestras familias tan seguido como nos gustaría. Y no hace falta que se encuentren en otros países! O quizás no somos efectivos para decir que no o para separarnos de una relación cuando es abusiva y nos está dañando.

Te invito a que reflexiones sobre tu capacidad de relacionarte y evalúes cuáles son las áreas en las que te gustaría trabajar. Escoge dos personas con las que tengas relaciones que funcionan bien e identifica qué las hace tan efectivas y qué necesitas seguir haciendo. El definir tus áreas positivas es muy importante porque eso es lo te da la base para seguir trabajando en otras relaciones. Haz lo mismo con dos personas con las que te gustaría tener mejores relaciones. ¿Qué es lo que no funciona y qué es lo que tú podrías hacer diferente? Cuando nuestras relaciones no funcionan de la manera que a nosotros nos gustaría, por lo general tendemos a atribuir a los otros ciertas características o comportamientos que hacen que la relación no funcione pero no exploramos nuestras propias conductas.

¿Qué podrías hacer que no estás haciendo para poder tener una mejor relación? ¿Hay algo que necesitas dejar de hacer? Reflexiona sobre esta pregunta y escribe en una hoja dos objetivos que te gustaría lograr enfocándote en ti mismo y tus comportamientos. Pueden existir variables que hagan este ejercicio complicado. Hay cosas que no puedes cambiar. Te gustaría que tu pareja o tu padre u otra persona importante para ti, sea diferente, quizás más parecido a como eres tú. Pero el foco del trabajo que invito a hacer debe de estar liderado por ti mismo. Por eso te invito a que trabajes en lo que sí puedes cambiar: tus comportamientos. El cambio en tus conductas podrá traer cambios en los comportamientos de los otros si tienes consistencia y paciencia.

Otro ejercicio positivo es pedir feedback a la gente que le tengas confianza. Puedes preguntarles: ¿Cómo crees que me relaciono contigo? ¿Qué te parece bien y en qué forma podría ser más efectivo? Pedir retroalimentación requiere ser valiente para escuchar cosas a la que no estamos acostumbrados pero es una buena manera de seguir creciendo como personas. El Día de San Valentín puede ser una muy buena oportunidad para explorar con tu pareja estos temas.

Te deseo suerte en la implementación de los ejercicios. Si quieres participar en un taller gratuito donde se trabajarán los ejercicios, el Jueves 26 de Febrero a las 7:00 pm daremos un taller en Bienestar, 5326 E. Beverly Blvd., Los Angeles, CA 90022. No se necesita inscripción. Para mayor información puedes mandar tus preguntas a atusaluddg@aol.com.

Por: Damián Goldvarg, Ph.D.