Nacho estaba acostumbrado a una rutina de vida diaria donde no dependía de nadie para tomar sus propias decisiones. Vivía pensando en aquello que era bueno solamente para sí mismo, consideraba que siempre estaba en lo correcto porque cualquier acción que llevara a cabo no afectaba nunca a nadie; vivía solo y pasaba sus días como un solitario, nunca sintió la necesidad de compañía, de hecho se aburría estar mucho tiempo rodeado de personas y le enfadaba que llegaran visitas inesperadas a su pequeño departamento. Aunque siempre mostraba muy buena cara delante de las personas, la realidad es que disfrutaba mucho su soledad. Cuando tenía necesidad de cualquier cosa, simplemente iba a buscarlo donde lo consiguiera; para nada sentía que debía buscar profundidad en alguna relación para sentirse estable emocionalmente.
Cuando Nacho conoció a Martín jamás creyó que las cosas entre ellos llegarían a un nivel de una relación de profundo cariño, respeto y admiración. Al principio todo parecía indicar que sería una conquista más como cualquier cualquier fin de semana, algo para desecharse después de usarse. Martín es un hombre bueno, pero eso no lo supo muy pronto sino hasta pasado un tiempo de convivencia entre ellos. Nacho estaba acostumbrado a no sentir, a no arriesgarse por entender sus sentimientos y menos el de los demás, no es que fuera frío como por traer una coraza, sino más bien porque nunca en toda su vida había tenido la oportunidad de conocer alguien que lo hiciera sentir especial. Martín es un ser lleno de luz que desde el primer momento y con su manera de amarlo hizo que se sintiera un hombre diferente.
Martín soportó en sus años de adolescencia muchísimo maltrato y abusos de parte de todos los que supuestamente estaban ahí en su familia para protegerlo y amarlo; se fue a vivir a la calle y se rodeó entonces de gente que decía amarlo y, por su baja autoestima, trató por todos los medios de agradarlos, bajándose hasta el más bajo nivel al cual pueda degradarse cualquier ser humano: consumiendo drogas ilegales de todo tipo, robando, generando violencia. Y en muy poco tiempo tocó fondo y aún joven se percató que solamente él mismo podía salvarse a si mismo, pidió ayuda a su madre, quien no dudó en perdonarle y pedirle perdón también por todo el daño que se había hecho en tan poco tiempo, el amor entre ellos dos se hizo más fuerte, ayudándole a levantarse y seguir adelante.
Cuando se vieron por primera vez en un “night club” de moda para gente como ellos, no fue difícil que surgiera entre ellos ese primer flechazo, se coquetearon, se conocieron y de un modo sencillo uno descubrió en el otro a ese ser maravilloso que se escondía tras la apariencia. Se gustaron y ellos afirman que desde el principio se enamoraron, como si hubiesen estado destinados a estar juntos desde siempre. Los dos se sintieron a gusto uno con el otro desde que cruzaron la primera palabra y así han continuado a lo largo de 13 meses de relación; un tiempo relativo que para muchos no significa nada en vida de pareja pero que para otros es toda una hazaña de permanencia. Han buscado siempre ser leales entre sí y eso ya conlleva una fidelidad a prueba de todo.
Ninguno de los dos busca complicarse la existencia, tienen muy claro que cuando surgen problemas entre ellos, no hay nada que la buena comunicación no pueda resolver, y a veces uno es el que tendrá que ceder y quizá en otras ocasiones será el otro quien cederá. Y no sienten con ello mermada su dignidad puesto que ambos buscan solamente el bien para ellos dos. Tanto el uno como el otro se preocupan por el bienestar del otro. Están contentos por todo éste tiempo que han compartido juntos y sienten que muy bien podrían durar toda la vida juntos, se complementan tan bien en todos los niveles que realmente hacen una pareja, a tal grado que, a los ojos ajenos pareciera que entre ellos no hubiera jamás problemas.
No ha sido fácil para ninguno de los dos el haber logrado hacer prosperar su relación: Martín ha tenido que renunciar a su relación con su familia a quienes les parece muy reprochable su estilo de vida, nunca han aceptado su homosexualidad pero mucho menos que decida vivir en pareja con otro hombre. Mientras que Nacho tuvo que sacrificar su ascenso en la empresa donde trabaja, porque eso significaba irse a vivir a una ciudad del otro lado del país sin posibilidad de vivir con su pareja porque la empresa le proporciona el hospedaje junto con otros compañeros de trabajo solamente. Sin embargo, ambos son buenas personas y saben que pueden tomar decisiones en base a estar juntos, porque en ello han encontrado su felicidad. Se sienten afortunados de compartir un tiempo de sus vidas estando juntos y aunque nada es eterno, están dispuestos –al menos hoy- a superar por amor cualquier adversidad.
Por: Gabriel Aranda