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Orgullo y Difamación

“A palabras necias, oídos sordos” se dice. Por lo menos es lo que enseñamos a nuestros hijos para disminuir la humillación de las burlas. Pero cuando crecen, descubren que ese refrán no refleja la realidad. La verdad es que las palabras sí hacen daño, y con demasiada frecuencia aquellos más profunda y negativamente afectados por los mensajes de odio son nuestra juventud GLBT. Este hecho está subrayado por las recientes muertes trágicas de dos estudiantes de 11 años, Carl Joseph Walker-Hoover en Massachusetts y Jaheem Herrera en Georgia, que aguantaron insultos y burlas hasta que no pudieron más, suicidándose finalmente para escapar del abuso sin fin de cada día. Nuestro trabajo con jóvenes en las escuelas ha producido resultados tangibles mientras luchamos para cambiar la marea de estas horrorosas muertes sin sentido. Hace poco representamos a dos estudiantes californianos de escuela secundaria que habían sido severamente acosados por su orientación sexual. Los oficiales de la escuela se hicieron de la vista gorda ante su sufrimiento, violando la ley estatal y federal. Como resultado de su indiferencia intencional, un jurado de San Diego estuvo de acuerdo en que la escuela debía recompensar a los estudiantes, enviando un mensaje claro de que el acoso antigay es completamente inaceptable en el campus de una escuela.

dartDurante la temporada del Orgullo Gay, celebramos nuestras identidades GLBT y protestamos contra los estereotipos y la discriminación. Lambda Legal intenta hacer exactamente esto con el caso sobre Howard K. Stern, el antiguo abogado de Anna Nicole Smith. En una demanda federal de discriminación contra Rita Cosby, la antigua presentadora de Fox y MSNBC, Stern alega que Cosby lo calumnió en su libro Blonde Ambition: The Untold Story Behind the Death of Anna Nicole Smith. Cosby escribió que Stern fue visto teniendo sexo con otro hombre. Stern afirma que, por decir que se acostó con otro hombre, Cosby le insultó y humilló e hizo tanto daño a su reputación que tiene derecho a una indemnización.

Lambda Legal presentó un escrito amicus curiae sosteniendo que la afirmación de Stern se basa en la vieja idea según la cual ser llamado gay automáticamente expone a una persona a odio y vergüenza pública, algo que refutan cada día las vidas de los hombres gays y las lesbianas que viven abierta y honestamente. Sostenemos que las afirmaciones legales de Stern, si son aprobadas por una corte, tendrían un efecto degradante en los hombres gays y las lesbianas, parecido a las leyes de sodomía que existían en varios estados antes de que la Corte Suprema federal las derogara en 2003 en Lawrence v. Texas, la victoria hito de Lambda Legal. Una demanda argumentando que es necesariamente un insulto ser llamado “gay” en la América del siglo XXI está fuera de lugar con la ley, con la política pública y con las actitudes contemporáneas que confirman los derechos y la dignidad de la gente gay.

El continuo acoso antigay y los suicidios de jóvenes GLBT que resultan son una mancha en la promesa de este país de que todos deben ser libres para perseguir la felicidad. Esta mancha debe ser erradicada con todos nuestros esfuerzos. Sin embargo, avanzamos durante esta temporada del Orgullo Gay y en nuestra lucha por los derechos civiles, y aunque reconocemos que las palabras pueden hacer daño, debemos reivindicar nuestras identidades con más orgullo que nunca.

Pride and Defamation

“Sticks and stones may break my bones, but words will never hurt me.” We teach this adage to children to diminish the humiliation of being teased. But as children grow up, they discover this proverb does not reflect reality. Words do hurt, and with all too much frequency, those most profoundly and negatively impacted by messages of hate are our LGBT youth. This fact is underscored by the recent tragic deaths of two 11-year-old students, Carl Joseph Walker-Hoover in Massachusetts and Jaheem Herrera of Georgia, who endured taunting and bullying until they couldn’t anymore, finally committing suicide to escape the daily, unrelenting antigay abuse. Our work with youth in schools has produced tangible results as we strive to stem the tide of these senseless, horrifying deaths. We recently represented two California high school students who had been severely harassed because of their sexual orientation. School officials had turned an intentionally blind eye to their suffering in violation of state and federal law. As a result of their deliberate indifference, a San Diego jury agreed that the school should compensate the students for their irresponsible neglect, sending a strong message that antigay bulling is simply unacceptable on a school campus.

During Pride, we celebrate our LGBT identities and protest against stereotypes and discrimination. Lambda Legal is attempting to do just that in a case involving Howard K. Stern, former attorney for Anna Nicole Smith. In a federal defamation lawsuit against former FOX and MSNBC talk show host Rita Cosby, Stern alleges Cosby defamed him in her book Blonde Ambition: The Untold Story Behind the Death of Anna Nicole Smith. Cosby wrote that Stern was seen having sex with another man. Stern charges that by saying he slept with another man, Cosby insulted and humiliated him, and so damaged his reputation that he is entitled to compensation. Lambda Legal filed a friend-of-the-court brief arguing that Stern’s defamation claim rests on the outdated premise that being called gay automatically exposes a person to public hatred and shame, something that is disproved daily by the lives of the many gay men and lesbians who live openly and honestly. We argue that Stern’s legal claims, if approved by a court, would have a demeaning effect on gay men and lesbians, similar to sodomy laws that existed in various states before they were struck down by the US Supreme Court in Lawrence v. Texas, Lambda Legal’s 2003 landmark victory. A lawsuit arguing that in 21st-century America it necessarily is an insult to be called gay is simply out of step with law, public policy and contemporary attitudes that now affirm the rights and dignity gay people.

The ongoing antigay harassment in schools and resulting suicides of LGBT youth are a blemish on this country’s promise that all should be free to pursue happiness. Every effort should be made to eradicate this stain. Yet we move forward during this Pride season and in our civil rights struggle, and while we acknowledge that words can hurt, we should claim our identities as proudly as ever.

Por Stefan Johnson