Modales poderosos y afortunados para un año nuevo
Por: Francisco Dueñas
STRANGER! if you, passing, meet me, and desire to speak to me, why should you not speak to me? And why should I not speak to you?
-Walt Whitman, To You, 1891
Yo soy un organizador comunitario. Me dedico a conocer y a reunir personas (y sus preocupaciones y añoranzas) y a animarles a tomar acción por un futuro mejor. Tal vez por eso me fijo en detalles sociales como los modales.
Cómo me presento a los demás es una herramienta y afecta que tan dispuestos están a colaborar conmigo, y en cambio, lo exitoso que soy en unir fuerzas. Mis modales también reflejan mis valores. Creo que con cada saludo y presentación estoy ayudando a construir un mundo más acogedor, incluyente y generoso, y al fin, más justo y divertido.
Es por eso que me molesta cuando no tomamos el tiempo de presentarnos en situaciones sociales. Y más cuando no presentamos a las personas que están con nosotros, para que todos nos conozcamos. No nos percatamos de las oportunidades que se pueden desencadenar con cada presentación. Esa persona puede llegar a ser tu pareja, socia, pariente o amistad. Muchas veces de eso se trata lo que llamamos “buena suerte” y que sociólogos han explorado en estudios sobre la fortuna.
Una dinámica que afecta tu fortuna es la importancia de vínculos estrechos sociales, o sea tu network y como la trabajas.[1] Tal vez tus hermanos no tengan una pista para ese trabajo que te interesa. Sin embargo, tienes más probabilidad de encontrar esa pista a través de la novia de tu prima o el cuñado de tu peluquero. No es que estas personas te aprecien más, sino que estas personas tienen un círculo social distinto al tuyo con nuevas oportunidades. Lo importante es expresar lo que estás buscando.
También, es necesario tener una actitud abierta que pueda tomar ventaja de las oportunidades que puedan surgir cuando conoces alguien nuevo. Un libro de negocios[2] entrevistó a muchos emprendedores que enumeraban la buena suerte como ingrediente de su éxito. Encontraron que muchas de ellas compartían atributos en común como la humildad, una curiosidad intelectual y el optimismo. Yo añadiría un sentido de mutualidad y reconocimiento de nuestra interdependencia.
Yo sé que es algo pequeño, pero la costumbre de
presentarnos tiene repercusiones individuales y colectivas. De hecho, más allá
del beneficio propio, cuando nos presentamos existe la posibilidad de
conocernos más allá de los estereotipos, de reconocer nuestra humanidad mutua. Darnos
cuenta de esto cambiaría nuestro mundo y la falta de justicia en el. Esto me
acuerda de cómo conciben el universo los pueblos mayas, como “una gran unidad
en donde todo está relacionado”[3] y
que se expresa en la frase maya “In lak’ech, Hala ken que” traducida
literalmente como “yo soy otro tú, como tú eres otro yo.” Cuando nos
presentamos ya no somos extraños, si es que alguna vez lo fuimos.
[1] http://time.com/5191284/how-luck-happens-excerpt/
[2] https://hbr.org/2012/07/the-secrets-to-building-a-luck.html
[3] https://www.excelsior.com.mx/blog/camino-ligero/lakech/1258541