By: Mostro Vacci
Many times we are dissatisfied with what is happening around us. It is normal and often desirable not to remain silent when something is missing in our life, since it constantly changes and the world always follows along. That can be confusing for some people, what catches my attention is the way in which we react to this variety.
We constantly see changes around us that catch us by surprise. What separates people is the ability to adapt to said change and to learn from it. It is survival of the fittest, the one who has more saliva swallows more dry oatmeal, as our mothers and grandmothers would say. At the end of the day, it’s not about saying you’re the greatest person, it’s about actually being that.
Change is inevitable. Change and death are the only certain things. I’ve heard a lot (even from my own lips) that I want things to be like before. Sometimes it definitely seems that in other times things were simpler and happier when in reality it may not be the case. If I think about wanting to be like when I was 20 years old, at that time I weighed almost 200 kilos, I still hadn’t come out of the closet and my thoughts were mainly negative and self-destructive. No thanks.
Many of us want things to be different. But we are not willing to do anything to make things change. Personally it sounds to me like a contradiction in terms. If you don’t want to be overweight and you’d like to have the same body of that guy, then start doing the exercises and diets that he is doing. Make those sacrifices and dedicate the same effort to get the same results (which I assure you will not be the same because each body is different), instead of giving him nasty looks and talking about him.
As a community, sometimes we want change, but we want it to come from a magic wand. We dream of a society that understands and respects us, but we do not take the initiative to educate othes and above all, give respect, even among ourselves. How many times have I seen a feminine boy passing in front of us and we make a mean comment, we laugh or we say «heeeeeer»? Some would say it’s just a joke and that we should not take things so seriously or that Mexicans use humor to face any situation. But the ‘fem’ boy in question is not generally in the joke with us. It is not part of the relaxation and fun when the other person is offended. That’s a lack of respect. And then we say that if you don’t want us to say anything to you, you shouldn’t dress like that. Don’t we all have the right to express our individuality as we please? And later, to add insult to injury we get offended when people say similar things to us. We cry and whine about it when we don’t even respect our peers.
We cannot organize a series of conferences on tolerance when we don’t practice it ourselves. There is no use talking for an hour about cleanliness and good sanitation practices when you don’t even try to pick up trash from the street. I’m tired of seeing these programs that claim to cure homosexuality with the testimonies of people who have already been cured. Honestly, in the photos they look super gay. Okay, I respect if you decide to change your lifestyle and start a family, but it does not give you the right to lecture me that you are already saved and that I am going to hell. Because in the end, your heart, your thoughts and your desires are the same as mine. I believe love and respect are more genuine than hypocrisy and double standards.
Maybe it’s time to bring some positive energy into the world, sisters and brothers. It is most needed now. If we want our lives to change and improve, it will not happen if we do not take the first step. The Happiness Fairy will not come to plant it in our hearts because those are seeds that we must sow, care for and above all, harvest. Change comes from the inside out. We can say a lot, but words are cheap. It is the actions that actually speak and describe the kind of people we are. What good is it for you to have a title in the church if your heart is black and full of hatred?
If we want things to change, we must begin to change them, we cannot wait for others to do so. Let’s be proactive and stop complaining that things are not how we want them to be, because many times, those changes are in our hands. If you don’t like something, change it. Let us express what we feel, and we do not need to make anyone less in order to do it. Let’s be genuine and stop attacking each other. It will be the coming together that makes us strong, not the ability that we have to pretend to be together and then betray each other, only to have an advantage. That is pathetic and it only helps to enforce the idea that we are not be trusted.
If you change, the world around you changes with you. Maybe it’s the same world, but the way you look at it is different and that causes you like your life more. Sometimes it is not having what you want, but loving what you have. Think about it.
To win the lottery, you actually need to buy a ticket. Brothers and sisters, what do you think? Share… if you dare…
Kind regards,
Mostro.
QUIERO QUE LAS COSAS CAMBIEN,
PERO QUE OTROS LO HAGAN
By: Mostro Vacci
Muchas veces estamos inconformes con lo que sucede a nuestro alrededor. Es normal y muchas veces deseable no quedarse callado cuando algo hace falta en nuestra vida, ya que ésta cambia constantemente y el mundo siempre le hace segunda. Eso puede ser confuso para algunas personas, lo que me llama la atención es la forma en la que reaccionamos a dicha variedad.
Constantemente vemos cambios a nuestro alrededor que nos agarran por sorpresa. Lo que separa a la gente es la habilidad de adaptarse al cambio y aprender. Es la ley del más fuerte, el que tiene más saliva traga más pinole, como dirían nuestras madres y abuelas. Al final de cuentas, no se trata de decir que eres la persona más fregona, sino serlo.
El cambio es inevitable. Eso y la muerte son cosas seguras. He escuchado mucho (incluso de mis propios labios) que quisiera que las cosas fueran como antes. Definitivamente a veces parece que en otros tiempos las cosas eran más sencillas y felices cuando en realidad no lo eran necesariamente. Si me pongo a pensar en querer estar como a los 20 años, en ese entonces pesaba casi 200 kilos, aún no salía del clóset y mis pensamientos eran principalmente negativos y autodestructivos. No gracias.
Y al final de cuentas, muchos queremos que las cosas sean diferentes, se vale, pero no estamos dispuestos a hacer nada para que cambien. Personalmente me suena a una contradicción en términos. Si no quieres tener sobrepeso y tener el cuerpazo de aquel tipo, pues ponte a hacer los ejercicios y las dietas que él está haciendo. Haz esos sacrificios y paga lo mismo para obtener los resultados (que te aseguro que no serán los mismos porque cada cuerpo es diferente), en vez de estarle echando miradas feas y hablando mal de él.
Como comunidad, a veces queremos el cambio, pero lo queremos salido de una varita mágica. Soñamos con una sociedad que nos comprenda y nos respete, pero no tomamos la iniciativa de educar y sobre todo, respetar, incluso entre nosotros mismos, ¿cuántas veces no he visto que pasa un chico amanerado frente a nosotros y hacemos un comentario, nos reímos o decimos “ellaaaaaa”? Diría uno que es broma, que no es para tomarse tan en serio las cosas y que los mexicanos usamos el humor para enfrentar cualquier situación, pero el chico en cuestión no generalmente no bromea con nosotros. No es parte del relajo y la diversión cuando la otra persona es ofendida. Eso es una falta de respeto. Y luego decimos que si no quiere que le digamos nada, no debería vestirse así, ¿acaso no tiene derecho de expresar su individualidad como se le dé la gana? Y luego, para cerrar con broche de oro, cuando nos faltan al respeto a nosotros nos ofendemos, nos quejamos y lloriqueamos, cuando muchas veces ni siquiera nos respetamos entre nosotros mismos.
No podemos organizar una serie de conferencias sobre tolerancia cuando nosotros mismos no lo practicamos. De nada sirve hablar durante una hora sobre la limpieza y las buenas costumbres sanitarias cuando ni siquiera te dignas a levantar una basura del piso. Cansado estoy de ver esos programas para curar la homosexualidad con los testimonios de gente que ya se ha curado. Honestamente, en las fotos se ven super gay. Está bien, yo respeto si decides cambiar tu estilo de vida y hacer una familia, pero no por eso tienes derecho a sermonearme de que tú ya estás salvado y que yo voy al infierno, porque al final de cuentas, tu corazón, tus pensamientos y tus deseos son los mismos que los míos. Creo que es más genuino el amor y el respeto que la hipocresía y la doble moral.
Quizá es momento de traerle algo de energía positiva al mundo, hermanas, hermanos. Es ahora cuando más se necesita. Si queremos que nuestra vida cambie y mejore, no va a pasar si no damos el primer paso. No va a venir el hada de la felicidad a plantarla en nuestros corazones. No. Esas son semillas que nosotros mismos debemos sembrar, cuidar y sobre todo, cosechar. El cambio viene de adentro hacia afuera, no de dientes para afuera. Podemos decir lo que sea, pero las palabras son baratas. Los tacos de lengua están a tres por peso. Son las acciones las que en realidad hablan y describen el tipo de personas que somos, ¿de qué te sirve tener un nombramiento algo en la iglesia si tu corazón está negro y lleno de odio?
Si queremos que las cosas cambien, hay que empezar a cambiarlas, no podemos esperar a que otros lo hagan. Seamos proactivos y dejemos de quejarnos de que las cosas no son como las queremos, porque muchas veces, esos cambios están en nuestras manos. Si no te gusta algo, cámbialo. Expresemos lo que sentimos, no necesitamos hacer menos a nadie para hacerlo. Seamos genuinos y dejemos de atacarnos entre nosotros mismos. Será la unión la que hace la fuerza, no la habilidad que tenemos para pretender estar juntos para luego traicionarnos entre nosotros solo para sacar ventaja. Eso es patético y solo sirve para solidificar la idea de que no somos seres de confianza.
Si cambias tú, el mundo a tu alrededor cambia contigo, quizá sea el mismo mundo, pero la forma en que lo miras es diferente y eso hace que tu vida te guste más. A veces no es tener lo que quieres, sino querer lo que tienes. Piénsalo.
Para ganar la lotería, es necesario comprar un boleto. Y ustedes hermanos, hermanas, qué opinan? Compartan… si se atreven…
Saludos afectuosos.
Mostro.