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Palabra y Omisión

Juntos, pero no Revueltos

Por: Eder Díaz

Estamos a solo dos meses de las manifestaciones y celebraciones de orgullo LGBT del mes dejunio en varias ciudades en Estados Unidos y también en gran parte del mundo, incluyendo a México. Creo que no soy el único que en años recientes ha estado aprendiendo sobre la diversidad que existe en la comunidad LGBT. Este último año en particular, en gran parte debido a las pláticas que he tenido en mi podcast “De Pueblo, Católico y Gay”, he aprendido más sobre lo que es ser género no binario, o la experiencia de una persona transgénero, bisexual y/o queer. Reconozco que me falta aún mucho más por aprender.

Pero, sobre todo, he aprendido que ser parte de la comunidad no nos excluye de ser homofóbicos, bifóbicos, transfóbicos, ode tener cualquier otra agresión – que muchas veces solo las atribuimos a la comunidad heterosexual. También tenemos que hablar honestamente sobre la misoginia y el racismo que existe dentro de nuestra comunidad. No me excluyo de haber tenido ignorancia, y por ende, comentarios ignorantes hacia personas de mi comunidad. Es importante reconocer en nuestras propias experiencias de vida, que hemos internalizado varias actitudes machistas o discriminatorias de nuestro entorno. Es importante aceptar que hemos absorbido estereotipos sobre nuestros compañeros y compañeras de otras identidades sexuales. Los mismos estereotipos que a nosotros nos han lastimado, muchos de nosotros y nosotraslos tenemos acerca de las identidades que son ajenas y de las cuales a veces, conocemos muy poco.

¿A qué me refiero? a comentarios como “Soy gay pero no soy una jota” o “un bisexual es un gay que todavía no se anima a decirlo”, ¿y quién no ha escuchado el famoso “a mi solo me gustan masculinos?”. De estos comentarios hay muchos más, y agresiones también. Recientemente un amigo gay me dijo hablando sobre las personas de género no conforme, “tanto que hemos luchado para que nos acepten y ahora quieren salir con esto”. Lamento mucho si alguien se ofende por estas expresiones, pero siento que es necesario que como comunidad nos exijamos aceptación y respeto. Siento que es necesario que seamos honestos y hablemos de lo que muchas veces es incómodo hablar, especialmente cuando alguien cree que por ser parte de la comunidad no tiene cierta ignorancia e intolerancia.

Todos/as tenemos el derecho a ser felices y expresarnos e identificarnos como mejor nos haga sentir a cada uno/a. Todos/as tenemos la obligación de educarnos y de respetar. No podemos convertirnos en una comunidad polarizada, debemos abrazarnos, querernos y ayudarnos a llegar juntos/as a la meta que buscamos todos: la felicidad.