Por: Mostro Vacci
El mundo puede ser un lugar oscuro, definitivamente, por más que tratemos de pintarlo de color rosa, siempre existe algo acechando bajo la superficie que nos recuerda que el peligro está ahí, constante, observando, esperando la oportunidad para salir a recordarnos cómo funcionan las cosas en realidad. Tiene sentido, no puede existir el blanco sin el negro, el ying sin el yang. Todo es cuestión de balance, al parecer…
Pero, si estamos rodeados de tanta negatividad y cosas malas, ¿qué es lo que estamos haciendo para contrarrestar con todo eso? Es verdad que como individuos no podemos cambiar el mundo en su totalidad, pero definitivamente podemos contribuir a su constante mejora. Uno no puede cargar con el peso de todo en sus hombros, pero si cada uno de nosotros damos un paso, las cosas definitivamente irán avanzando. Como equipo somos más poderosos.
Si en realidad nos encontramos en una situación que no nos gusta, que nos reprime, nos oprime y nos apaga nuestra luz interna, siempre tenemos la oportunidad de cambiar las cosas. Puede ser difícil, doloroso e incluso atemorizante hacerlo, sin embargo, el hacer como que no pasa nada arriesga nuestra misma existencia porque hay muchas personas que quisieran que nosotros no existiéramos y no dudan ni un momento en decirnos exactamente lo que sienten y eso puede convertirse en una situación muy peligrosa rápidamente.
Ok, no todos podemos ser activistas y estar metido en los eventos políticos protestando y cargando letreros, definitivamente no es para todos. Sin embargo, cada quien puede poner su granito de arena a su manera porque todos tenemos diferentes habilidades y talentos que podemos usar a nuestro favor. Para algo debe servir que las personas somos tan variadas, ¿no? Algunos gritan en las marchas y se manifiestan físicamente, otros escriben canciones y poesías de protesta que muestran sus observaciones sobre alguna situación, otros educan, algunos otros crean arte maravilloso que inspira para unirse a las causas y unos simplemente se quejan y deciden no hacer nada de nada, pero eso sí, a la hora de disfrutar los beneficios de lo que otros han logrado, entonces sí se presentan y hasta hacen fila o se presentan ya que los demás trabajaron arduamente para simplemente tomarse una foto y ponerla en redes sociales con algún “felices en el evento que organizamos” tomando el crédito de lo que otros hicieron, como siempre.
Mi pregunta es; ¿Qué estás haciendo tú para mejorar al mundo? ¿Ayudas en algo o solo te quejas de lo que hace falta? Está bien, se vale quejarse y no estar de acuerdo con todo lo que pasa, pero si no estamos dispuestos a hacer algo al respecto, tampoco se vale estar criticando a los que sí están intentando mejorar la situación. Porque resulta que al final del día, cuando a los que dan la cara por el resto terminan convirtiéndose en un chiste y hasta memes les hacen cuando fueron los únicos con el valor de levantar la voz. La doble moral es abrumadora.
Honestamente, si no contribuimos a la mejora constante de nuestro ambiente, ¿cuál es nuestra utilidad en la tierra? Si convertir oxígeno en carbono es lo único que podemos hacer, los osos polares nos están juzgando silenciosamente porque solo ayudamos a aumentar el calentamiento global, mientras tanto, nos atacan por todos lados y están tratando de hacer nula nuestra existencia a base de ideas ignorantes y preceptos arcaicos que gente que tiene milenios muerta decidió que era lo “correcto” mientras estoy seguro que llevaban una doble vida, socialmente aceptada siempre y cuando fuera heteronormada.
Y sí, estoy enojado. El hecho de que tengo que defender mi existencia, mi amor, mis sentimientos y lo que hago en la cama de la familia, la sociedad, los amigos, la religión, los religiosos, la gente metiche, la gente juzgona, la gente hipócrita, los closeteros, la gente reprimida y a veces hasta el saboteador interno que traigo en la cabeza hace que mi camino sea mucho más cansado de lo necesario. No solo tengo qué cargar con mis ideas y mis prejuicios, sino que tengo que hacerlo con los de los demás porque “así son las cosas” es una idiotez. No tengo por qué estarle dando explicaciones a nadie de lo que hago ni de cómo vivo por ninguna razón del mundo. De hecho, no quiero ser parte de su aburrida conversación, sino que me dejen vivir en paz, ni quiero saber nadad de sus hijos, es más, no los quiero ni cerca, así que mejor cuidenlos y eviten que estén molestando a los demás, gracias.
Es divertido criticar y hacerte el interesante cuando es un momento divertido con tus amiguitos, pero si es a lo único que te dedicas, tiende a ser una existencia triste y vacía, ya que tu contribución al mundo está limitada a hacer que la gente se sienta mal. Triste, muy triste. Parece que a veces decidimos olvidar que nuestras voces colectivas son mucho más poderosas y que la verdadera familia y la comunidad se hace cuando estamos en crisis y nos necesitamos mutuamente. Pero si no se trata de los antros, la bebida y el degenere, la mayoría de nosotros ni siquiera está interesado. Es válido, pero a la hora de los beneficios, no deberían estar ahí exigiendo, ahí es donde deberían mostrar el mismo interés.
Por eso mi luto, por eso mi silencio tan marcado en éstos días, porque me he estado cuestionando profundamente si todo esto vale la pena. Si compartir mi vida, mis ideas y mis experiencias sirve de algo y si el resultado va a valer la pena los sacrificios. Pero siempre pasa algo que me recuerda lo importante que es cada de nuestras y contribuciones. Cada granito de arena cuenta. Cuando veo a las nuevas generaciones que no se dejan ni se callan nada, especialmente cuando se trata de injusticias y que pueden vivir más abiertamente, me doy cuenta que tanto trabajo ha tenido frutos maravillosos y hace que todo tenga sentido porque no estoy dispuesto a que otros vivan como nosotros tuvimos qué hacerlo entre las sombras, escondidos y avergonzados, deseando ser aceptados por una sociedad que nos odia y prefiere deshacerse de nosotros.
Porque si permitimos que nuestra voz se silencie de nuevo, me temo que en realidad habrán ganado todos esos personajes que quieren eliminarnos, ¡Y ESO NO VA A SUCEDER!
Así que ahora que el peligro es inminente y que estamos siendo acosades, intimidades y silenciades hago el llamado: si alguien de ustedes unicornios valientes tiene algo qué decir, ¡ahora es el maldito momento!
El peor enemigo de la humanidad no es el odio, sino la indiferencia…
Saludos de un Mostro de corazón roto…