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Mágica Intimidad

Los sentimientos son claros entre Tadeo y Flavio. No hay duda de que se aman. Han procurado desde que iniciaron su relación mantenerla en respeto, cariño y amistad. Han sabido conocerse cada día por medio de una sincera comunicación. Viven juntos desde hace varios años. Y el tiempo que les deja libre sus empleos, les gusta aprovecharlo en su vida de pareja. Se llevan bien con las familias del otro. Casi todo parece perfecto entre ellos. Se gustan todavía físicamente, incluso se ejercitan juntos para mantenerse en forma. Pero como nada en la vida es perfecto, con ellos no sería la excepción. Ya no sienten deseo sexual como antes. La pasión se ha reducido a un par de veces al año.

aranda1Tadeo siempre ha cuestionado la poca energía sexual que Flavio ha mostrado durante los últimos meses. Aunque ha aprendido a superarlo, más bien, está ya acostumbrado. Porque lo conoce bien y sabe que a pesar de la falta de sexo, el amor entre ellos es fuerte. Pero sí tuvieron una época en que llegó a sentir dudas si le era infiel, pero ambos han apostado por la confianza en que tanto uno como otro prefieren mantenerse leales entre ellos, aunque se hayan perdonado un par de infidelidades que sucedieron como simples errores, pero los cuales, en vez de destruir su relación, la fortalecieron para seguir adelante.

Flavio siente que la relación va normal porque él sabe que no se ha distinguido a si mismo por ser una persona intensa, pero sí le parece extraño que hace unos 5 años cuando iniciaron su relación hasta dos veces al día se procuraban alguna forma de sexo entre ellos y ahora las cosas son tan diferentes. Cuando comenzó a disminuir entre ellos su vida sexual, tuvo dudas si la relación debería continuar, porque ya parecían hermanos y no una pareja. Pero analizando las cosas, cayó en la cuenta de que todo lo demás entre los dos era como un cuento de hadas, así que ya no quiso dudar y se enfocó en mantener la estabilidad de dicha relación.

Flavio tuvo dudas si su falta de apetito sexual se debía a la falta de variedad, y llegó a fantasear con la idea de buscarse otro hombre que le despertara su lado de salvaje pasión. Incluso cruzó varias veces por su mente la idea de buscar alguien que complementara un trío con su pareja, pero ninguna idea le pareció lo suficientemente buena como para arriesgar toda una relación de años de pareja por unos momentos de sexo diferente. Ha ido a realizarse estudios médicos y le han dicho que está perfectamente sano para ejercer una relación sexual. Está convencido que su problema se debe a cuestiones psicológicas, pero no logra encontrar la causa por más que se autoanaliza y reflexiona sobre su caso.

Tadeo estaba convencido que lo que de veras ayudaría a mejorar su vida sexual era tomarse unas merecidas vacaciones en algún lugar turístico amigable con su estilo de vida. Cuando por fin decidieron irse unos días a la playa de Puerto Vallarta, se divirtieron mucho pero no como ellos esperaban. Pero en vez de desanimarse, le tiene paciencia y decide no presionarlo de ningún modo aunque el clima húmedo y caliente de ese lugar parecía que iba a quemarle las entrañas. Se sintió muy excitado con todo lo que había visto en sus vacaciones y prefirió autocomplacerse antes que cometer el error de faltarle el respeto al juramento de lealtad que ambos se han hecho uno al otro.

Ambos son una feliz pareja, se sienten agradecidos con la vida por tenerse al lado, quizá sea por la edad, quizá sea por la personalidad, pero su vida sexual ya no es lo que al principio ni lo llegará a ser, pero lejos de sentir ansiedad o angustia por dicha situación. Han aprendido a seguir juntos. Disfrutando de cosas tan sencillas que no son sexuales pero sí llenas de mágica intimidad: ver juntos una buena película, cocinarse uno al otro, salir de compras, leer juntos, ver una puesta de sol. Cualquier cosa que sea buena se vuelve algo de excelente valor cuando se está junto a la persona amada.

Flavio y Tadeo desean seguir con su relación porque sienten que están junto a la persona amada. Y no conciben su vida con la ausencia del otro. Se complementan bastante bien. No tienen los mismo gustos ni tampoco los mismos sueños pero comparten sus intereses. Se apoyan para conseguir las metas personales. Son amigos. Pero también son cómplices amantes que les encanta disfrutar las pequeñas cosas de la vida porque las comparten con amor y con mutuo respeto. Es una pareja que ha aprendido a superar muchas dificultades y que no creen que una relación se base en sexo al cien por ciento. Aprendieron a que cada “te amo” sea verdad no solamente en sus mentes sino también en sus cuerpos.

Por Gabriel Aranda